¡Me engañó! Consejos para que lo superes ;)
Antes que de iniciar de lleno con este post, es muy importante que la infidelidad sea real y no un producto de nuestra imaginación. Porque pasa, a veces por inseguridad propia nos imaginamos que ya nos dicen en cada esquina ¡El venao! Yo entiendo que a veces el novio o la novia tiene cada “amiguit@” que nos hace rabiar de celos, pero hay que aprender a sobrellevar estas situaciones para que el otro no se sienta asfixiado y entonces caiga en las garras de leña de otro hogar.
Como les decía en un post anterior, es natural que estas manifestaciones (celos) del amor existan, porque al tener una relación desarrollamos un sentido de pertenencia, pero con frecuencia lo confundimos con posesión.
Vivimos en una época en la que tenemos el ligue al alcance de un ‘click’ o una salida al antro. Por lo que hay de cuernos a cuernos.
El caso es que descubriste que te engañó y estás peor que Maléfica cuando la dejaron sin alas; tirando maldiciones a diestra y siniestra, pero Keep Calm… sabemos que se siente del carajo. Respira hondo, pon tus ideas en orden y deja de sentir pena por ti mismo/a, no te tortures con el montón de preguntas tipo: cómo, por qué, etc. Aunque sabemos que es importante saberlo, para todo hay un tiempo. La verdadera pregunta en este momento: ¿Puedo perdonarlo/a y seguir adelante con la relación? Si la respuesta fue negativa, a continuación les dejo 10 consejos de qué hacer y qué no luego de una infidelidad.
Acéptalo.
No se trata de tirarse al drama (mucho menos al vicio) y llorar en cada rincón con este sentimiento de “muñeca fea”. Por la razón que sea, pasó y tienes que afrontarlo. Entiendo, sientes que te cambiaron y te duele. Respira y busca un buen amigo, o ve videos de Wet Candy. Cheer yourself up.
Cierra el ciclo.
Yo sé que luego de que estas cosas pasan, lo que menos quieres es verle la cara al susodicho, pero es necesario. Tienes que hablarlo. Quizá no inmediatamente, date unos días de reflexión y de apapachos con tus amigos. Luego intenta buscar la manera en la que puedan hablar de lo sucedido y terminar “en buenos términos”. Ya sé que parece imposible, pero es preferible esto a que te quedes con rencores y dudas.
#ReflexiónFilosóficaReciclable
Libérate. Nada jode más la espalda (y la cartera) que el equipaje extra. Despídete, continúa tu viaje y deja atrás lo que ya no tiene cabida en el futuro.
Desahógate.
Como les decía al principio del post, hablar de lo que nos incomoda o nos hace sentir mal es sumamente terapéutico y más aún si lo haces con gente de confianza y que te quiere. Pero tampoco exageres, no te bebas cada botella que encuentres a tu paso porque además de que las crudas son terribles, el alcohol tiene la peculiar función de que despunta nuestros sentimientos por lo que solo te sentirás más triste, más enojado, más solo, etc… Y ojo, dije: DESAHÓGATE, no desquítate.
Nada de compadecerse.
Es lo peor que puedes hacerte, sentir lástima por tí mismo no es nada bueno para el autoestima, porque luego de un par de meses esa lástima se convierte en miedo e inseguridad que en definitiva no le harán nada bien a tu vida amorosa.
Libérate.
Si no sueltas el pasado, ¿con qué manos sostienes el futuro?
No podemos deshacernos de nuestros recuerdos. Parece desafortunado pero con el tiempo, se convierten en poderosas lecciones. Aléjate de todo aquello que creas que pueda deprimirte. Quédate con lo bueno, siempre.
No te cierres.
Por favor, esto es sumamente común. No te dictes el discurso de “Jamás confiaré en nadie de nuevo”, “No me vuelvo a enamorar”, “Voy a quedarme sol@ para siempre”. Porque tú y yo sabemos que el amor es inevitable; y que si, implica un riesgo. Pero lo vale, siempre lo vale. Aunque uno salga herido y con cicatrices, son eso lo que nos forja como personas y nos prepara para el o la indicad@.
Alguna vez leí un tweet que decía: “A los muertos se les olvida estando de luto, a los ex novios se les olvida andando de puto”. Error. Mantente unos días solitario, y si necesitas compañía, recurre a tus amigos. No pretendas que puedes llenar “huecos” con cosas vacías.
Haz algo.
Sal a correr, lee el libro que dejaste pendiente, visita a tus padres, busca a ese amigo o amiga que tienes en el abandono, redecora tu cuarto, escribe, canta, pinta, párate de manos si es necesario pero por favor no te tires al olvido y a la depresión. Llorar está bien por un rato, pero luego hay que ponerse guapos y seguir adelante.
Un poquito de voluntad.
Esta vez no salió bien, te hicieron daño y eso será algo que probablemente recuerdes toda tu vida. Los recuerdos son imposibles de borrar, pero vaya que cuando crecemos se convierten en grandes lecciones. Tienes que salir de ahí acomodé lugar. Puede que esta lista te ayude un poco y que tus amigos hagan lo suyo con tal de tenerte sonriendo, pero la única persona que logrará hacerle frente a la situación y superarla eres tú. Borrón y cuenta nueva, bebé.
La vida se trata de eso, de tachones, borrones y enmendaduras. Dale vuelta a la página y empieza un nuevo capítulo. Ahora ya sabes qué hacer y qué no hacer. No tengas miedo, si el amor de tu vida existe o no, al final lo bailado ni quién te lo quita. Déjame decirte que lo mejor está por venir, y no me refiero a un nuevo novio porque nadie tiene la capacidad de salvarte (ni de destruirte a menos que tu quieras). Me refiero a ti, creciendo, haciéndote más fuerte y más inteligente, armando de vuelta el rompecabezas. Toma lo bueno y comienza una vez más.
Esperamos lo superes y encuentres algo mejor en tu vida 😉