Las mejores cartas de amor gay jamás escritas

No es necesario que les repita a tantos de ustedes la brillante mente de este escritor irlandés. Ya bastantes hemos leído El Retrato de Dorian Gray, llorado con El Ruiseñor y la Rosa, y reído al haber visto La Importancia de Llamarse Ernesto en un escenario. También sobra mencionar que, cuando de escribir sobre amor se trata, Oscar transmite un sentimiento único. Pero curiosamente se sabe poco sobre estas cartas que merecen el mismo reconocimiento que El Fantasma de Canterville.

Y es que, si son tan desconocidas, es precisamente porque se trata de cartas personales que revelan sentimientos, no solamente profundísimos, sino sobre todo, prohibidos para esa época en la cual los actos homosexuales merecían una dura sentencia. De hecho, si salieron a la luz, fue debido a que algunas fueron usadas como evidencia en el largo juicio que llevó a Oscar a la cárcel, y eventualmente a la tragedia de no volver a escribir, a la ruina y a su muerte humilde. Pero bueno, ya basta de chismes, vamos a lo bueno, las cartas:

“es un prodigio que tus labios, rojos como pétalos de rosa, estén hechos lo mismo para la embriaguez de la música y del canto que para la embriaguez de los besos. Tu fina alma de oro discurre entre la pasión y la poesía. Jacinto alguno, en tiempo de los griegos, siguió al amor tan locamente como tú (…) Ven aquí siempre que quieras. Es un sitio delicioso en el que sólo faltas tú”

“No puedo vivir sin ti. Eres tan amado, tan maravilloso. Pienso en ti todo el día, y extraño tu gracia, tu hermosura jovial (…) Londres es un desierto sin tus pies delicados… escríbeme una línea, y toma todo mi amor, ahora y para siempre”

Es obvio que, con este tipo de pruebas, a los conservadores y corruptos jueces británicos les fue muy fácil enviarlo a una eternidad de trabajos forzados, en las condiciones más miserables que uno pueda imaginar: condenado a la soledad, a las enfermedades, al frío, a la violencia física, en fin.

“Más amado que cualquier niño:

tu carta fue adorable, vino tinto y blanco para mí (…) Debo verte pronto, tú eres lo divino que yo quiero, la gracia y el genio”

Bosie, como llamaba Oscar a Alfred, fue el bello amor de su vida, su musa, pero también su perdición. Alfred era mucho menor que Oscar, y aunque sintió un amor real por Oscar, también era caprichoso, aprovechado, berrinchudo, explosivo y egoísta; así, haber encontrado a alguien como Oscar, bondadoso y ciego de amor, le quedó como guante. Otro gran defecto de Bosie fue pertenecer a una familia poderosa y lejos de comprender un amor entre dos hombres.

“Mi más querido niño:

Esto es para asegurarte mi inmortal y eterno amor. Mañana todo terminará. Si la prisión y el deshonor son mi destino, piensa que mi amor por ti y esta idea, esta todavía más divina creencia, que tú me amas también, me mantendrá en mi infelicidad y me hará capaz, espero, de soportar mi pena pacientemente. Ya que la esperanza, y no la certeza, de volverte a ver en algún mundo es la meta y el coraje de mi vida hoy”

Relacionada: Los chicos de Miguel Ángel.

Sin embargo, Alfred también tenía talento para la poesía, era “el más delicado y exquisito poeta”, según Oscar. Y Alfred también encontró inspiración en Oscar:

“Soñé con él anoche, vi su rostro/todo radiante y sin sombra de tristeza,/y como antaño, en música sin medida/oí su voz de oro y le vi señalar/bajo la cosa vulgar la gracia oculta/y del vacío evocar la maravilla”

Bosie

Pero si algo dejó Oscar en este mundo, fue amor y belleza, hasta el final, así como un mensaje que muchos deberíamos adoptar:

“Todos están furiosos conmigo por regresar a ti, pero ellos no nos entienden. Siento que es sólo contigo que yo puedo hacer cualquier cosa. Rehaz para mí mi vida ARRUINADA, y entonces nuestra amistad y amor tendrá un significado distinto para el mundo”

Si están interesados en más cartas de Oscar, les recomiendo mucho este libro, para que ya no les cuenten, para que no me crean y busquen la fuente original, y sobre todo, para sentir los mayores celos por jamás haber recibido cartas de amor como estas (ya ni hablar de que nos dejen en visto).

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *