Carta para quienes aún no han salido del clóset

Sé que tienes miedo, que prefieres esconderte. Está bien, vas a estar bien.
Ahora mismo no lo sabes, pero se va a poner mejor, vas a conocer el amor y aunque tendrás que encarar el odio, eso solo te dará la fuerza para amar mucho más, para estar más convencido que esta es una lucha que no debes abandonar. Probablemente habrá lágrimas, pero te lo aseguro, serán más los días en los que vas a reír. Harás amigos y te vas a enamorar, vas a conocer mucha gente con distintas historias y en todas, afortunadamente, encontrarás motivos para mantener la esperanza.
No te prometo que todo será perfecto. Habrá días en los que querrás huir, otros en los que no habrá alternativa y tendrás que defenderte incluso de aquellos que amas. A veces tendrás miedo, pero sé que tendrás la sabiduría y el coraje de transformar todo ese miedo en tu fuerza, y de inspirar a otros a que también lo hagan.
Aunque te sientas solo, la buena noticia es que no lo estarás, en el camino siempre encontrarás a quien no te va a dejar caer, y te llamará solo por el gusto de escuchar tu voz.
Quizás te sentirás avergonzado, de besarle o tomar su mano. Es normal, poco a poco, te sentirás más confiado de hacerlo. De cualquier forma, no dejes que el mundo te haga sentir avergonzado, no te prohibas demostrar tu afecto solo por darle gusto a unos cuantos. Y siéntete con plena libertad de levantar la voz cuando alguien quiera negarte el derecho de amar a quien tú quieras. Y no les permitas que te hablen de amor con el corazón lleno de ignorancia.
Nadie que te hable de amor, te obligará a hacer nada que no quieras. Ni tus padres, por mucho que quieran, podrán cambiarte. Y de ser así, tienes todo el derecho de hacer las maletas, de reclamar tu derecho a vivir. No le des permiso a nadie de cuestionar si tu vida vale algo; vales por lo que eres y a quien no le parezca, que se marche o que no mire. Pero con calma, no corras, tienes toda una vida por delante pero no hay ninguna prisa. Un paso a la vez. Primero siéntete confiado de que afuera de tu refugio habrán un montón de brazos abiertos para recibirte y aunque muchos otros no lo entenderán, no vas a dejar que eso te detenga, ¿verdad?
Mientras más pronto aceptes que tu felicidad no depende de los demás, más rápido serás capaz de abrazar tu vida tal y como se te ha dado. Un último consejo: no dejes que el clóset te aprisione, no permitas por favor que un prejuicio te niegue el derecho natural de experimentar el amor, la amistad, la alegría y todas esas maravillosas emociones que al final de tus días serán lo único digno de contar.
Tómalo con calma. Sin importar cuándo decidas salir, quiero que sepas que quienes ya estamos aquí estamos preparándote un mundo mejor.
Nos vemos pronto.
Atte: Tus aliadas y aliados.
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