Así era la primer revista gay del mundo

¿Quién fue el valiente? Adolf Brand. Este periodista, editor, escritor, activista y anarquista alemán decidió un buen día de 1896 publicar Der Eigene, para dar a conocer información sobre y para homosexuales, en medio de un contexto… digamos… complicado. Si hoy es todavía difícil publicar este tipo de información (gracias haters y trolls de Homosensual, no seríamos nadie sin ustedes), Adolf se las vio color de hormiga.   Él también se involucró con organizaciones científicas y que defendieron los derechos de los homosexuales, como la de Magnus Hirschfeld.

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Portada de Der Eigene

La primera publicación periódica gay en el mundo (que duró hasta 1931) contó con un promedio de 1500 suscriptores por número (nada mal para ser la primera). Bajo la filosofía de “la propiedad de uno mismo”, Adolf concentró material cultural y académico para su revista, y publicó algunos poemas y artículos propios. Pero claro, contar con literatura homoerótica le costó un tiempo en prisión, sobre todo por ir en contra de ideales políticos conservadores extremistas y religiosos. Por si no hubiera sido suficiente, le encantaba sacar los trapillos al sol de políticos gay en el clóset que condenaban la homosexualidad, exponiendo qué hacían con quién y cómo. ¿Su justificación?

“Cuando alguien quiere ubicar en la forma más dañina al contacto de amor íntimo de otros, en ese momento su propia vida romántica  deja de ser un asunto privado.”

Brand se alejó del activismo en la década del 30, cuando el acoso Nazi eliminó su revista, destruyó su trabajo y lo dejó en la ruina. Y tras morir en una explosión en la Segunda Guerra Mundial, sus últimos días parecen haber sido una tragedia, pero su legado no lo fue.

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